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Palacio de la cultura

Justo en el corazón de la ciudad, y contiguo a algunos de los referentes arquitectónicos más emblemáticos del sector como son el Museo de Antioquia, el Parque Berrío, la Basílica de la Candelaria, y el Metro de Medellín, se levanta un edificio que, por su estructura, historia e importancia, llama la atención de propios y visitantes.

Sus pasillos, salones y recintos fueron testigos de los acontecimientos más importantes del departamento y conservan, aún en la actualidad, las huellas y el legado de las grandes hazañas realizadas por los prohombres de Antioquia; por catedráticos, políticos, artistas y gestores que dictaron los rumbos y sentaron los precedentes de progreso para la región.

El Palacio de la Cultura Rafael Uribe Uribe hace parte del acervo cultural y patrimonial del país y su importancia, anteriormente ligada a aspectos administrativos, hoy se le acredita a los procesos y acciones culturales que desde allí lidera el Instituto de Cultura y Patrimonio de Antioquia. Esta es la historia de uno de los tesoros mejor conservados por los habitantes de las montañas antioqueñas.

El 17 de abril de 1826 se trasladó la sede de la Gobernación de Santa Fe de Antioquia a la ciudad de Medellín y, desde ese momento, se comenzó a pensar en la necesidad de construir una sede que alojara el poder administrativo de la región.

Una vieja casona de tapia ubicada en el cruce de la carrera Bolívar con la calle Boyacá, y que contaba con dos plantas, siete balcones y 16 oficinas ejerció esta función hasta la segunda década del siglo XX. Sin embargo, su mal estado y su estructura de más de 100 años no solo demandaba muchos cuidados, sino que evidenciaba la urgencia de encontrar unas mejores instalaciones.

De esta manera, en 1920, el General Pedro Nel Ospina contrató al arquitecto belga Agustín Goovaerts para que se encargara del diseño de las más importantes obras públicas de infraestructura en Antioquia, incluyendo entre estas al Palacio de Gobierno, conocido hoy en día como Palacio de la Cultura Rafael Uribe Uribe”. El proyecto inicial constaba de cinco niveles desde el sótano hasta el altillo. En esta área se distribuían 315 habitaciones para los diferentes despachos, un gran salón para la Asamblea Departamental, un depósito, una imprenta, una biblioteca, un archivo, un museo y los recintos del Gobernador, todo estos escenarios construidos en un estilo gótico renacentista propuesto por Goovaerts.

Desde esta etapa de planificación, el Palacio fue objeto de debates, críticas y alteraciones que demoraron su proceso de ejecución. La disputa entre detractores y aliados llevaron a que Goovaerts solo construyera un poco más de la cuarta parte de lo que tenía pensado. Esta situación también afectó el estilo, que el belga tuvo que hacer más ecléctico para permitir la intervención de otros arquitectos e ingenieros que participaron en su construcción.

Por otro lado, la armazón de la cúpula se convirtió en una obra maestra de la arquitectura matemática. Los soportes metálicos fueron traídos directamente desde Bélgica y su ensamblaje se hizo de acuerdo al modelo utilizado para los rascacielos neoyorkinos, calentando al rojo vivo los tornillos y tuercas al momento de apretarlos, y dándole solidez a la estructura a pesar de la ausencia de soldadura. 

El Arquitecto del palacio

Agustín Goovaerts nació en Schaerbeek (Bruselas), en 1.885. Estudió dibujo en la Academia de Artes de su ciudad natal y arquitectura e ingeniería en la Universidad de Lovaina. Después de terminar herido durante la I Guerra Mundial, donde participó como soldado, recibió la licencia militar y regresó a su profesión inicial, pero las dificultades económicas de la posguerra lo empujaron a buscar otros rumbos.

De esta manera, llegó a Medellín, contratado por la Gobernación de Antioquia, para desempeñarse como Ingeniero Arquitecto del Departamento.

Una de sus primeras asignaciones fue la construcción del edificio de la Gobernación de Antioquia, conocido hoy como Palacio de la Cultura Rafael Uribe Uribe. Sin embargo, debido al déficit en el fisco departamental, la obra se aplazó durante cuatro años, lo que le permitió incursionar en la academia como docente de los cursos de Dibujo Arquitectónico y Arquitectura, en la Escuela de Minas.

Además de las edificaciones gubernamentales, iglesias, casas, hoteles, teatros y restaurantes de la ciudad fueron construidos gracias a sus trazos y diseños, que se caracterizaban por la presencia de dos tendencias: una tradicional, ortodoxa y académica que plasmó en los edificio públicos; y otra orientada a las vanguardias del art nouveau y el modernismo que evidenció en sus obras de carácter privado.

Con tres de sus hijas nacida en Antioquia, el Agustín Goovaerts y su familia regresaron 17 de agosto de 1928 a Bélgica. Allí, y a la edad de 58 años, falleció el diseñador y arquitecto del Palacio de la Cultura Rafael Uribe Uribe.

Además de este edificio, su legado incluye obras como:

  1. Hotel Europa y Teatro Junín. Medellín, 1922
    2. Edificio Calpe. Medellín, 1924 (Sede de la Administración Municipal durante la época)
    3. Asilo de Ancianos. Medellín, 1922 
    4. Reforma de Iglesia de La América. Medellín, 1925 
    5. Iglesia. Armenia, Colombia, 1923 
    6. Iglesia. Betania, Colombia, 1925 
    7. Coro y espacio para el órgano de la Catedral. Medellín, 1926 
    8. Capilla del Cementerio de San Pedro. Medellín, 1925 
    9. Remodelación de la fachada y de las torres de Iglesia de San Francisco (hoy Iglesia de San Ignacio) Medellín, 1920 
    10. Monumento de la Universidad de Antioquia. Medellín, 1920 
    11. Escuela de Santa Marta 
    12. Palacio Departamental de Bucaramanga, Colombia. 
    13. Pabellón del Hospital San Vicente de Paúl, Medellín 
    14. Hotel de Abejorral. Abejorral, Colombia 
    15. Hotel de El Peñol. El Peñol, Colombia 
    16. Quiosco de la Plaza de Berrío. Medellín 
    17. Iglesia del Sagrado Corazón. Medellín, 1921 
    18. Refugio de las Hermanas de la Presentación. Medellín 
    19. Escuela Tutelar de las Hermanas de la Presentación, Medellín 
    20. Cúpula y reforma del interior de la Iglesia de Abejorral. Abejorral, Colombia 
    21. Capilla del Hospital de Abejorral. Abejorral, Colombia 
    22. Capilla de Nuestra Señora de las Mercedes. Sonsón, Colombia 
    23. Iglesia del Carmen. Sonsón, Colombia 
    24. Capilla de Jesús Nazareno. Sonsón, Colombia 
    25. Fachada y capilla del cementerio. Sonsón, Colombia 
    26. Parque principal de Sonsón (Anteriormente Plaza de Ruiz). Sonsón, Colombia 
    27. Puente de La Toma sobre la quebrada Santa Elena. Medellín 
    28. Cárcel de La Ladera. Medellín, 1921 
    29. Pedestal del monumento del Libertador Simón Bolívar. Medellín, 1924 
    30. Casa Cural de Envigado, Colombia 
    31. Fachada del cementerio de Envigado, Colombia 
    32. Colegio de Niñas La Presentación de Envigado. Envigado, Colombia 
    33. Capilla de Yarumal, Colombia, 1928 
    34. Escuela de Niñas de Yarumal, 1928 
    35. Iglesia de Cartagena, Colombia 
    36. Iglesia Parroquial de Montebello, Colombia 
    37. Instituto Pedagógico de Bogotá, Colombia 
    38. Iglesia y sala de fiestas, Bogotá 
    39. Monumento a Rafael Uribe Uribe en el parque de Valparaíso 
    40. Reforma de los edificios de los Bancos de Londres y de las Américas, en el Parque Berrío, Medellín 
    41. Diseño de la Iglesia de Tierradentro, 1925 
    42. Palacio Episcopal de Santa Rosa de Osos, Colombia, 1925 
    43. Proyecto de reforma de la iglesia de Ituango, Colombia 
    44. Iglesia de Nuestra Señora del Rosario. Donmatías, Colombia, 1926

Etapa de Construcción

De acuerdo con el estudio histórico de la edificación pueden distinguirse cinco etapas constructivas y vivenciales:

Etapa Inicial (1925 – 1930)

Empezó con la construcción de una sección sobre la calle Calibío y la carrera Bolívar para alojar el Archivo y la Asamblea Departamental. Los trabajos debieron suspenderse por orden del Gobernador Camilo C. Restrepo durante la crisis de 1929.

Etapa Blanca (1932 – 1936)

Después de cuatro años, las labores de edificación fueron retomadas en 1932. Esta etapa constructiva abarcó la construcción de la unidad octogonal y del ala oriental, y las escaleras con sus correspondientes vestíbulos y balcones sobre la carrera Bolívar.

Durante este período el plano original de Goovaerts debió ser modificado, ya que el área propuesta para los balcones se destinó a otros fines, un trabajo que estuvo bajo la responsabilidad del ingeniero y arquitecto Jesús Mejía.

De su labor se destaca la decoración de interiores del antiguo recinto de la Asamblea, hoy convertido en el Auditorio Luis López de Mesa, así como los relieves en bronce fundidos por Bernardo Vieco; el mural al fresco La Liberación de los Esclavos de Ignacio Gómez Jaramillo; los vitrales de cristales unidos con la antigua técnica del emplomado (unidos por finos cordones de plomo), de los hermanos Horacio y Arturo Longas; y la lámpara central.

Etapa Oscura (1937 – 1965)

Desde 1937 el Palacio fue abandonado por la administración pública y la generosidad de las áreas interiores y la altura en los diferentes niveles fueron aprovechadas para instalar oficinas. Los amplios vestíbulos del inconcluso edificio fueron cerrados con cercos improvisados y los cinco niveles iniciales se convirtieron en 10.

Debido a esta situación de deterioro se comenzó a proyectar la construcción de otro edificio como sede de gobierno que estaría localizado en los terrenos de aledaños a la Estación del Ferrocarril.

Etapa Final (1966 – 1987)

Los arquitectos Gerardo Mejía, Gustavo Restrepo y Gustavo Aristizábal tuvieron la misión de concluir esta obra que, durante los últimos años, había cumplido funciones alejadas para las que inicialmente estaba propuesto. De esta manera, los profesionales lideraron la construcción de la fachada norte y retomaron algunos elementos de la decoración original. Finalmente, En 1982 y bajo la resolución 000002 del Consejo Nacional de Monumentos Nacionales, el Palacio alcanzó la categoría de monumento nacional de Colombia.

Después de que la administración departamental se trasladara al sector de La Alpujarra, el Palacio fue destinado, mediante la Ordenanza N° 59 de 1986 y N° 35 de 1988, a actividades culturales. Para este propósito fue designado como sede de la entonces Dirección de Extensión Cultural de la Secretaría de Educación y Cultura de Antioquia (hoy conocida como Instituto de Cultura y Patrimonio de Antioquia), y se le otorgó el nombre de Palacio de la Cultura Rafael Uribe Uribe.

Ese mismo año se dio inicio a la restauración de la edificación.

Etapa de Restauración (1987 – 1998)

El trabajo realizado en este período comprende la restauración del edificio y la adecuación para su nuevo uso. Por tratarse de un Monumento Nacional, en su intervención se siguieron las pautas fijadas por el Consejo de Monumentos Nacionales.

El Palacio de la Cultura Rafael Uribe Uribe se levanta hoy como una marca urbana indiscutible de Medellín, por su valor constructivo, urbanístico, económico y cultural, y como testimonio perenne de uno de los más interesantes y dinámicos períodos de la historia de Antioquia.

Restauración

El desalojo en el año de 1987

De ese traslado de los funcionarios desde el Palacio de Calibío a la Alpujarra, todavía hay muchos que recuerdan como fue la experiencia para algunos con gran expectativa y para otros con un poco de nostalgia por abandonar ese lugar en donde habían laborado por tantos años. 
Algunas personas propusieron que se convirtiera el Palacio en un Centro Comercial, igual como había sucedido con el Seminario Mayor (hoy Centro Comercial Villanueva) y el Palacio Nacional, diseñado por Agustín Goovaerts para los juzgados y hoy conocido como el Centro Comercial Palacio Nacional; otros sugirieron demoler el Palacio para construir un edificio nuevo.

Afortunadamente desde el año de 1982 el Palacio de Gobierno ya había sido declarado MONUMENTO NACIONAL por Resolución No. 000002 del 12 de marzo de 1982, del Consejo Nacional de Monumentos.

La siguiente es información tomada de una carpeta publicada por el equipo de restauración en el año de 1990: 
-“La Asamblea de Antioquia mediante Ordenanza No. 59 de 1986 y No. 35 de 1988 que la modifica, determinó que una vez la Administración Departamental se trasladara a la nueva sede en sector de la “Alpujarra”, el edificio en mención se destinará a actividades culturales y al funcionamiento de la Dirección de Extensión Cultural, (luego Dirección de Fomento a la Cultura de Antioquia y hoy Instituto de Cultura y Patrimonio), bajo el nombre de “Palacio de la Cultura Rafael Uribe Uribe”.” 
Las citadas Ordenanzas autorizaron además, al señor Gobernador del Departamento, para gestionar los créditos, y para que por medio de la Secretaría de Obras Públicas, se adelantaran los trabajos de restauración.

 

La restauración

En el año de 1988 el plan trazado para restaurar el Palacio era de 3 años con un presupuesto de $2.000´.000.000 millones de pesos, pero la restauración duró 11 años y el presupuesto se incrementó a $3.000´.000.000 millones de pesos con 120 personas trabajando simultáneamente,(arquitectos, ingenieros, oficiales, constructores, electricistas, carpinteros, plomeros, dibujantes, etc.) tanto de la firma Conconcreto como de la Secretaría de Obras Públicas del Departamento.

La restauración por parte de la Gobernación se hizo a cargo del arquitecto Rodrigo Restrepo como interventor de la obra; el secretario de la Secretaría de Obras Públicas era el doctor Juan Manuel Restrepo. Por parte de la firma Conconcreto, estuvieron las arquitectas Elvia Lucía Arango y Gloria Ochoa. Como consultores estuvieron el arquitecto Álvaro Sierra de la Fundación Ferrocarril de Antioquia y la arquitecta Clemencia Wolf de la Universidad de Antioquia.

 

 

Fachada occidental

La restauración se comenzó en el año de 1988 y se dio por concluida en el año de 1999; en el año 2001 se realizó la intervención de la fachada occidental (más conocida como la culata) cuando es derribada la antigua “casa vieja” y el arquitecto Rodrigo Restrepo diseña la propuesta para esa culata, que consistía en abrir unos ventanales al final de los corredores de la nave de Calibío y los balcones ubicados en los corredores que llevan hacia los servicios sanitarios, teniendo así una comunicación visual y cultural con la plazuela de las esculturas.

Las gárgolas

El archivo histórico data desde 1927 y en él se encuentra la historia de los Antioqueños desde hace 400 años, desde la época de la esclavitud y lo visitan estudiantes de historia, antropología, criminalística, derecho y toda clase de investigaciones que se encuentran en sus libros y folios.

El estilo arquitectónico es conocido como Ecléctico debido a que lo componen diferentes estilos: el Neogótico, o Gótico Florido que fue traído por el arquitecto Agustín Goovaerts; la Cúpula de estilo Gótico tiene en toda la cúspide una Linterna o lucernario octogonal y en cada vértice de esta cúpula hay un arbotante que la sostiene, los cuales a su vez, tienen en la base un cable tensor que hace fuerza hacia fuera; los arbotantes están apoyados en una columna que remata en una macolla o florón.

Las gárgolas, representadas por unas hienas tienen una función arquitectónica que consiste en permitir que el agua lluvia salga por un tubo que tienen en la boca , la palabra gárgola viene del latín “ gargarizo” que quiere decir depositar agua en la garganta y expulsarla.(hacer gárgaras).Antiguamente en los castillos medievales las gárgolas eran utilizadas para ahuyentar a los ladrones ya que existía el mito de que por la noche las gárgolas representadas en animales mitológicos como dragones, serpientes, leones con alas, o aves con garras y cola de león, cobraban vida y devoraban a los intrusos; llegó a tal extremo el uso de las gárgolas que en las torres de las iglesias colocaban el diablo para que los fieles al entrar y mirarlo se arrepintieran de todos sus pecados pero en realidad la función era desaguar el agua lluvia; un ejemplo de ésto es la iglesia de Notre Dame en París.

La antigua Asamblea Departamental es ahora el Auditorio Luis López de Mesa, en honor a este médico y politólogo quien defendió los derechos de la mujer para el voto y el ingreso a la política en los años cincuenta. Este recinto es el más Ecléctico del Palacio ya que ahí se encuentran muchos estilos arquitectónicos: la lámpara es estilo Barroco y fue la primera que llegó eléctrica estilo araña, con cincuenta brazos de plata y hecha con cristales de Baccarat y Murano.

Los vitrales son estilo Gótico y el cristal fue traído desde Alemania y se llama “cristal de calidad de catedral Alemana”, porque deja pasar la luz pero no la tiñe, como sí pasa con otros vitrales, que si el vidrio es rojo la luz pasa roja, o amarilla si el vidrio es amarillo y así con todos los vidrios de colores. Las lámparas que están incrustadas en las columnas estilo Art Nouveau, son guirnaldas hechas en bronce por el maestro Bernardo Vieco Ortíz.

Los medallones

Los medallones o relieves tallados también en bronce por el maestro Vieco, son estilo Art Deco y son alegóricos a la raza antioqueña; al maestro le encargaron ocho, pero por razones desconocidas solamente hizo seis: La Minería: Es una copia y adaptación de una moneda del maestro Francisco Antonio Cano.

La Ley, La Agricultura y El Comercio: son copia de unos relieves que se encuentran en un edificio estatal en la ciudad de Alabany en el estado de Nueva York en Estados Unidos.

La Ciencia y la Bellas Artes: Los realizó el maestro Vieco en compañía de su profesor Marco Tobón Mejía.

Quedaron faltando: La Arquitectura y La Pesca.

 

En 1952 la Asamblea Departamental decide realizar un mural al fresco sobre la pared que está ubicada al fondo del recinto a todo el frente de la entrada principal, donde se presume habría una puerta que comunicaría con la parte posterior del Palacio en la fachada occidental (hacia Carabobo). Es invitado para pintarlo el maestro Ignacio Gómez Jaramillo, quien ya era famoso por haber pintado en el Capitolio Nacional en Bogotá unos murales; el maestro se tomó tres años pintándolo y lo llamó “La liberación de los esclavos” terminándolo en 1955 ayudado por el pintor panameño don Justo Arozemena.

El mural fue posteriormente cubierto con un telón por orden de un gobernador que consideró que el mural era muy inmoral porque las esclavas estaban descubiertas en el pecho, y era muy violento por la forma en que los esclavos eran marcados en la espalda con un hierro caliente; afortunadamente a ese gobernador no se le ocurrió la idea de taparlo con pintura, porque nos hubiera borrado la historia.

Este mural es narrativo cada personaje cuenta una parte de la historia: 
En la parte superior a mano izquierda están Simón Bolívar, Francisco Antonio Zea y José Hilario López quien era el Presidente de Colombia y tiene en la mano el decreto con la liberación de los esclavos el 21 mayo de 1851; bajando por el mismo lado izquierdo del mural está la figura de José Antonio Galán quien rea el precursor de los comuneros, el que hablaba sobre los Derechos Humanos ; pero estaba prohibido hablar sobre este tema bajo la pena de muerte, motivo por el cual fue ahorcado en la plaza pública y luego le cortaron la cabeza, los brazos y las piernas y sus extremidades eran llevadas a los pueblos para mostrárselas a la gente como escarnio para que nadie se atreviera a hablar sobre Los Derechos Humanos.

En esa misma línea descendiente sobre la izquierda, está Doña Javiera Londoño quien junto con José Félix de Restrepo y Juan del Corral entre otros, conforman el siguiente grupo de personas que incidieron en la liberación de los esclavos; Javiera era maestra y vivía en Rionegro y era reconocida por ser propietaria de minas de oro y a su vez de muchos esclavos, pero también por su bondad. Javiera contrae matrimonio en Medellín con un prominente señor llamado Don Ignacio Castañeda, trasladando su lugar de residencia al municipio de El Retiro. Javiera Londoño de Castañeda, fue posiblemente la primera persona en dar un paso hacia la libertad de los esclavos cuando en su hacienda de El Retiro, el 11 de octubre de 1766 comenzando por su mayordomo, siguiendo con todas las familias les otorga la libertad, sus tierras y sus animales para que inicien una vida libre, dándoles además sus apellidos. 
Como algo especial les pide que cada año celebren ese gesto de libertad haciendo una procesión en El Retiro llevando en hombros la imagen de la Virgen de Nuestra Señora de los Dolores, y ese es el pasaje que se ve el centro del mural.

En la parte inferior en el centro del mural, se puede ver cómo era que se “marcaban” a los esclavos en la espalda: los niños eran vendidos a la edad de los doce años y el hombre que los compraba, para reconocerlos como de su propiedad los marcaba con un hierro caliente al rojo vivo y que tenía en su extremo grabadas las iniciales del propietario. Sucedía que si este esclavo era vendido nuevamente, el nuevo propietario le quemaba la señal del que se lo vendía, y en seguida a un lado le ponían la nueva, y así sucesivamente; de tal modo que cuando iban a comprar un esclavo, le miraban la espalda y si ésta ya estaba llena de cicatrices eso indicaba que ya había tenido demasiados amos y por lo tanto ya era considerado como un animal viejo, motivo por el cual era desterrado sin que nadie pudiese intervenir por él.

Los esclavos desterrados huían a las selvas en donde se morían de hambre, de fiebres ó los animales los mataban.

También en la parte inferior del mural hacia la derecha, vemos a San Pedro Claver misionero que vino desde España para catequizar a los esclavos y bautizarlos; los esclavos lo querían mucho porque los protegía y lo llamaban el “Apóstol de los esclavos”.

Ascendiendo a mano derecha del mural se observa a los esclavos trabajando en las minas y en la selva y a las esclavas sacando oro de los ríos.

Y ya al final en la parte superior del centro del mural se ve el verdadero significado del mural y es la imagen de los esclavos conformados por una familia: padre, madre e hijo suspendidos en un vuelo hacia las alturas, lo cual simboliza “La Libertad” que en realidad es su propia muerte! Lo que significa que la libertad de los esclavos solo la alcanzaban al morir.

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Atención presencial

Carrera 51 # 52-03.
Palacio de la Cultura Rafael Uribe Uribe.
Medellín – Colombia
Archivo y Correspondencia: Oficina 008.
Buzón de sugerencias: Biblioteca Departamental Carlos Castro Saavedra,
segundo piso
PBX (57 604) 3209780 Fax: (57 604) 2518461

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lunes a viernes 8:00 a.m. a 5:30 p.m. – jornada continua.
 
Sábados: 8 a.m. – 1 p.m.
Domingo no se abre al público.
 
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